Los tambores de la conciencia

Los tambores de la conciencia

La historia de mi vida tiene su primera división ubicada antes y después del momento exacto en que parí. Porque el parto es partir; partir a un nuevo camino, partir la vida en antes y después.


Como ya les contaba yo era víctima de los medios y los chismes, mis ideas maternales estaban en el hoyo de la decadencia humana. Cuando supe que estaba embarazada los tambores de mi lado animal sonaron fuerte, resonaron en mis fibras primitivas y me quedó claro algo: iba a parir. (Agregue aquí soundtrack de la película Jumanji).

 
Lo primero que hice fue comprar un libro muy choncho para el embarazo y chutarme los programas de tv sobre parto y embarazo pero únicamente me llenaba de escenarios mentales catastróficos y negativos, ideales para alimentar la típica hoguera de dudas de la mujer embarazada, por lo que cerré el libro y el cuarto de TV se volvió el cuarto del bebé. Seguí haciéndole caso a los tambores de mi conciencia y fue que di con la veta correcta de información: el parto humanizado y respetado. Entonces todo empezó a tener sentido y a ser congruente para mi.

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