La psicología del recién nacido, por María Montessori (traducción)

Quise traducir y compartir este texto proveniente del libro que recopila las conferencias que dio María Montessori en 1946 en Londres. Más de 70 años y las cosas siguen igual para los humanos que recién han nacido.

La psicología del recién nacido.

Por María Montessori, The 1946 London Lectures.

…El estudio de los primeros años de la vida es meramente Freudiano. No compartimos las ideas de Freud y su hija acerca del niño, pero estamos de acuerdo con muchas de sus ideas acerca del subconsciente: ellos creen que los problemas y dificultades que muchas personas tienen en su vida pueden ser rastreados hacia este periodo. Hay personas que siempre huyen de la vida, que evaden las dificultades, que no pueden elegir por ellas mismas, quienes son irresolubles, que duermen demasiado. Cuando en el subconsciente existe esta tendencia por huir de la vida, cuando las dificultades se han vuelto insuperables, los psicoanalistas miran al nacimiento, a la psicología del recién nacido.

El recién nacido debe hacer un gran esfuerzo por adaptarse al mundo externo. Él todavía no es consciente. Consideren por un momento este cambio repentino de ambiente. Sus ojos nunca han visto la luz; sus oídos nunca han escuchado ningún ruido; nadie, y nada han tocado su piel. Ha vivido en una temperatura exacta. Nunca ha habido invierno o verano, ni cambio de lugar, ni contacto con el aire, ni el oxígeno, y su nacimiento casi fue una experiencia sofocante. Nacer es un camino a un ambiente completamente nuevo y diferente. Si este niño pequeño tiene una vida psíquica, su nacimiento debe ser una experiencia impresionante, una experiencia difícil. Él tiene que hacer un esfuerzo tremendo. Ha venido a una vida que contrasta en cada aspecto con la vida fácil que ha tenido.

Podemos ver que el recién nacido necesita un gran cuidado. Necesitamos ser muy cálidos y llenos de sabiduría. No debemos decir, ‘este es un recién nacido’ sino ‘este es un hombre, que justo acaba de pasar por el momento más difícil de su vida’. Ahora debemos aprender a cómo cuidar al recién nacido.

Debemos darle la bienvenida con amor y respeto, en lugar de recibirlo fríamente, como comúnmente hacemos hoy. Hoy tomamos este recién nacido como si fuese un pedazo de carne de la carnicería y lo ponemos en la balanza para ver si tiene el peso oficial o ver si algo le falta. Luego lo ponemos en el agua como si fuese un pedazo de carne para hervir. Lo cargamos sin cuidado; lo metemos al baño abruptamente, puedes ver al niño empezar a gritar. Esto inculca el miedo en él, el miedo a caer.

Debemos cambiar el tratamiento de este hombre recién nacido. Debemos marcar su camino de un mundo al otro con gran cuidado. Un nuevo espíritu ha llegado al mundo y debemos ayudarle a sobrevivir en el ambiente.

Debemos tener especialistas en el tratamiento del recién nacido. A modo para ayudar a esta primera adaptación debemos tener enfermeras entrenadas – no enfermeras para los enfermos sino enfermeras para poder ayudar a desarrollar los potenciales de una nueva persona. Esta preparación debe ser espiritual porque deben preocuparse por su psique misteriosa. Hoy en día, no hay especialistas que les importe esta vida psíquica. Debemos entrenarlos y entrenar enfermeras. Debemos enseñarles que el nacimiento debe ser considerado un momento de suprema importancia en la vida del hombre.

Esta educación del nacimiento requiere el mayor cuidado. Creo que los hogares de maternidad y salas de maternidad en los hospitales son un concepto erróneo. Hasta ahora, los lugares de nacimiento de grandes hombres han sido hecho grandes monumentos, una placa se le ha puesto en el lugar para marcarlos. Suponiendo ahora que nos preguntemos donde nació este u otro gran hombre, y se nos diga que nació en un hospital o similar. ¿Debemos poner una hilera de placas para mostrar a los grandes hombres que nacieron ahí? No hay dignidad en esto. Estoy en contra de los nacimientos en hospitales. La higiene es la reina del mundo de hoy. Tan hermoso que el mundo es, pero el cuerpo no es lo más importante de la vida y la higiene debe ser la sirvienta no la reina.

Ninguna casa está preparada para el niño que nacerá. Las parejas recién casadas preparan un hogar para un niño, pero cuando está por nacer van al hospital. La madre es llevada de su hogar al hospital para que su hijo nazca ahí. Los hospitales son para los enfermos y este niño que nacerá es tratado como una enfermedad. El nacimiento es natural, pero el niño va donde la enfermedad es tratada. Sin embargo el nacer no es una operación. Una mujer tiene un tumor removido, la otra trae un bebé al mundo. El tumor se pone en agua para conservar y el bebé en una canasta. Esto carece de respeto para la humanidad.

¿Qué ocurre en un hospital? Todos los niños son puestos juntos en un cuarto. La madre no está muy bien; ella debe tener silencio. Pero podemos hablar con voces ruidosas en el cuarto de los bebés. La madre podrá no sentirse bien pero está acostumbrada a los ruidos y voces, mientras el bebé nunca ha escuchado ningún sonido antes. Ponemos luces suaves en el cuarto de la madre, pero luces brillantes están donde están los bebés que nunca han visto la luz antes. Tratamos a los bebés como si estuviesen inconscientes, pero los únicos que están inconscientes son los muertos. Si un hombre moribundo está inconsciente cuidamos de él. Esto no está descartado. Cuidamos de él porque es un hombre. El hombre es respetado y comprendido pero no el niño. Debemos respetar al bebé también. Debemos tratar su cuerpo con mucho cuidado, porque potencialmente es un hombre.

Un doctor en América ha publicado grandes estadísticas mostrando que el porcentaje de mortalidad en salas de maternidad es mayor que en los hogares. He podido ver en la India, donde la higiene no es tan buena, que el porcentaje de mortalidad es muy alta debido a las infecciones. Si una madre tiene una infección, puede esparcirse a muchos otros, mientras que en casa no puede esparcirse.

Debemos resolver este problema. Debemos respetar las reglas de la higiene porque es necesario si tenemos que salvar vidas, pero debemos respetar la higiene psíquica también. Tenemos higiene física hoy pero carecemos de conocimiento de la higiene psíquica. Esto también debemos enseñarlo.

Naturalmente, las madres toman a sus hijos recién nacidos en sus brazos. El cuello del bebé es débil; su cabeza se asienta hacia abajo como una persona rezando; es una posición natural. El bebé necesita el contacto con su madre en esos primeros días. La madre no solo es carne limpia. Ella es la madre y tiene algo que solo ella puede darle. Podemos llamarlo vibraciones. Lo que sea que es, el niño necesita esta ayuda; estas vibraciones ayudan en su nueva vida. Todos los mamíferos sostienen a su hijo cerca de su cuerpo durante el primer periodo.

En este diagrama he dibujado una línea negra para la vida. He puesto un punto negro en el comienzo, separada de la línea principal. El niño en este comienzo necesita comunicación constante con el cuerpo maternal el cual siente un amor especial por él. Observen a los mamíferos. Ellos esconden a sus pequeños en los primeros días de su vida. Se quedan con ellos en la oscuridad. Animales domésticos, como los gatos, esconden a sus gatitos en una alacena, donde hay silencio y oscuridad. Se resisten ferozmente a cualquiera que quiera mirar a sus gatitos. No dejarán que nadie se acerque por unos días. Durante los primeros días, el instinto natural es defender a los pequeños del medio ambiente.

Durante esos primeros días, los pequeños tienen que estar protegidos del shock lo más que se pueda. Una vez que se hayan acostumbrados un poco a su nueva vida, la madre les dará libertad. Los pequeños gatos saldrán a la casa por primera vez. Es muy interesante estudiar la historia natural de los mamíferos pequeños, su psicología y su fisiología, ver el cuidado maternal que los mamíferos tienen para sus hijos. Estas inteligentes criaturas han entendido que los otros animales en su grupo no deben ser permitidos para ver a sus pequeños. Al principio, ellos deben abandonar el grupo e irse por su cuenta. Los mamíferos tienen estos hermosos instintos…