Ya decía yo, a principios de los 2mils, que si tenía un hijo sólo le iba a amamantar 6 meses, pues es lo que dicen en la TV y en las etiquetas de alimentos industriales para bebé. Lo que no sabía es que esos pillos no ponen la frase completa. Y no es por ahorrar tinta, ni por cuestiones de diseño gráfico, es por que son muy listos y saben que la mayoría vamos a malinterpretar, para sus beneficios lucrativos, la palabra exclusiva.
Así que si mi yo del pasado me hubiera venido a visitar habría puesto el grito en el cielo, ¿una niña de 3 años tomando pecho? ¿con dientes? ¿hablando? ¿sirviéndose sóla? ¡Ay mamá que pensaría Freud!
Y yo le diría: -Tranquila Karla, ahora hasta somos asesoras de lactancia, tan sólo te asombras porque caíste en la tramposa redacción de la recomendación comercial sobre la lactancia.
Y es que la OMS dice que la lactancia debe ser exclusiva durante los 6 primeros meses y complementaria hasta los 2 años o más. Pero los medios y los emporios de la fórmula, por mucho tiempo, nos dieron la recomendación a medias.
Por exclusiva la OMS se refiere a que ni otra cosa, nada más, ni papillas, ni agua, ni tés, ni nada, tan sólo leche materna en exclusiva durante los primeros 6 meses y después iniciar con la alimentación complementaria.
Les digo que estos pillos, se aprovecharon de que esta palabra se presta a confusión y entonces acabamos todos pensando que son exclusivamente 6 meses y que después ya no se puede, que hay que introducir la fórmula.
¿Listillos verdad? La realidad es que la lactancia prolongada o como me gusta más llamarla: lactancia a término, es la norma biológica, pues la leche de mamá siempre nutre a los bebés y a los niños, porque es dinámica y cambia su composición durante la toma, durante el día, durante los meses y a lo largo de los años. Es decir siempre está a la altura de las necesidades de los cachorros humanos.
Además, desde el punto de vista antropológico, el destete humano es entre los 2 y 6 años.
Con la venda fuera de mis ojos, emprendí mi lactancia, contenta de saber que algo que tanto trabajo me había costado no tenía que terminar tan rápido y sabiendo que no había repercusiones al seguir disfrutando nuestra luna de leche. Acompañada de una crianza respetuosa, la lactancia implica muchos beneficios para la construcción emocional del ser humano.
Después de nuestro gran viaje lácteo, que ya he compartido en este blog, llegó la hora del destete. Yo había hecho público mi deseo de llegar al destete natural, mi intención era que fuera mi hija quien decidiera que ya no más. Porque se que es real y posible, conozco varios casos de mamás que ni se lo esperaban y el destete les llegó sin avisar, sus niños completamente satisfechos de leche, de amor y de vínculo decidieron dar vuelta a la página y continuar con el siguiente capítulo de su infancia.
Pero a nosotras no nos tocó así. Fui yo quien decidió que mi ciclo de lactancia había llegado a su final. En específico era la radioteta la que yo no podía sustentar más.
Ahora les explico la radioteta. Los bebés y niños (amamantados o no), tienen la imperiosa necesidad de amasar y pellizcar con sus dedos índice y pulgar. Algunos amamantados lo hacen con el pezón, y los no amamantados con la esquina de una cobijita, con la oreja de un oso de peluche, con el lóbulo de una oreja, con su cabello, con la etiqueta de su almohada favorita, etc.
Esta necesidad tiene un trasfondo, pues este movimiento, se dice que ayuda a estimular y aumentar la producción de leche materna. Y yo también tengo la hipótesis de que es una forma que tiene el cerebro de preparar la motricidad fina, un aspecto evolutivo que hasta el espacio exterior nos ha llevado, pues es gracias a este movimiento de pinza, hecho con los pulgares y los índices que el hombre ha podido crear herramientas para conquistar el planeta y sus alrededores.
Recuerdo bien, cuando mi hija era una bebecita, sus primeros movimientos masajeando con su manita el pecho desocupado, me derretía de ternura sus intencionadas caricias, a los meses ya lo hacía con mi pezón y me conmovía lo mucho que esto la relajaba. Yo ya sabía de la existencia y la normalidad de la radioteta así que ni pensaba en ello.
Pero conforme el tiempo pasó, mas o menos a los 2 años, radioteta se convirtió en un tema, los días que mi cuerpo estaba más sensible. Intenté de varias formas desradiotetarla pero no tuve mucho éxito, tal vez si hubiera encontrado un grupo de apoyo para radiotetadictos anónimos lo habríamos pasado mejor.
Muchas mamás afirman que los collares de lactancia son lo mejor para mantener al bebé concentrado y alejado del pezón, en aquellos momentos no los conocí y cuando llegaron a mi, ya era muy tarde.
Intenté hablando con ella, poniendo límites a los cuales yo cedía cuando me apuraba dormirla, el caso es que ese tema se volvió terreno minado. Decidí entonces que iniciaría un destete gradual, quitando 1 toma cada cierto tiempo, seguí los consejos de Pilar Martínez en su libro “Destetar sin lágrimas”, que por cierto les recomiendo mucho, pero por una cosa u otra el marido y yo no podíamos aplicarnos disciplinadamente con la comitiva.
El tiempo pasó y un día mi hija sentenció: -Cuando cumpla 3 años ya no tomaré titi. Y de ahí me agarré, platicándole en cada oportunidad de la fiesta y el pastel que haríamos para despedirnos de las titis.
Conforme se acercaba la fecha mi hija se daba cuanta que iba en serio y a veces se mostraba contenta con la idea y otras se ponía melancólica. La cosa no fue sencilla. Se acercó el día, compramos un regalo-tributo a mis pechos (un lindo y cómodo brassier) que envolví como regalo para que mi hija me lo regalara, decoré un panque con forma de pechos y escribí desde el fondo de mi corazón una carta de despedida. El marido y yo lloramos como niños chiquitos durante el ritual de despedida, nos abrazamos, me dieron el regalo y nos comimos todo el panque.
Llegó la primera noche, yo me fui a otra habitación, hasta esa noche siempre había sido yo quien la dormía, así que mi marido se las ingenió cómo pudo.
Al día siguiente nos dimos a la tarea de llenarla de distractores y actividades emocionantes. Segunda noche, éxito total.
Pero a la tercera noche, habíamos cantado victoria muy rápido. Antes de ir a dormir, mi hija lloraba desconsolada por su titi. Otra vez el marido y yo, lloriqueando junto a ella. Se me partía el corazón, así que le dije: -Espera, déjame preguntarle a las titis si pueden una última vez, porque recuerda que están ya muy cansadas.
Asomé mi cabeza por el cuello de la playera, hice como que me ponía de acuerdo con ellas y saque la cabeza. –Dicen que sí, que una última vez. Trate de concentrarme en esa última toma, para atesorarla para siempre.
Al día siguiente intenté quitar el foco de atención a mis pechos y le pedí que me ayudara con su papá, que ahora le tocaba a el dormirla y que necesitaba que ella le ayudara. –Pobre papá. Aceptó ayudarle para que la hora de dormir fuera más fácil.
Los días siguientes fueron mas sencillos, preguntaba pero rápidamente comprendía que mis pechos se habían jubilado.
Casi un mes las censure de su vista para no dificultar el proceso. Un día me salí de bañar y olvidé mi plan censurador, me vio y me dijo conmovida: -Mamá que bonitas tienes tus titis, las quiero mucho. La deje acariciarlas y nos abrazamos.
Tenemos casi 4 meses destetadas, extraño el poder tranquilizador y sanador de la lactancia. Tuvimos que buscar nuevas formas de atender sus dolencias, nuevas formas de pasar un rato tranquilas, otras estrategias para consolarla. Porque por si no lo saben, la teta no es sólo alimento, es un regalo todo terreno que la naturaleza nos otorgó.
Esta es sólo mi experiencia, no pretende ser una sugerencia de destete, porque cada diada es diferente. Acércate a tu Liga de la Leche, con una IBCLC o con una asesora de lactancia para recibir más información y finalizar la lactancia con el mismo amor con el que se inició.
4 tips antes de despedirme:
- El destete debe ser gradual, puede llevarte varios meses, tranquila.
- Los bebés y niños entienden y comprenden, explícales todo el proceso y ten mucha paciencia, ve a su ritmo. Los engaños y chantajes emocionales no caben en un destete respetuoso.
- También vele bajando gradualmente a tu ingesta calórica, o te inflarás como palomita como a mi me pasó, tras dejar esa quema de calorías que supone la lactancia, yo seguí comiendo feliz y ahora lloro mis lonjitas.
- Inmortaliza la proeza de tu lactancia con una joya de leche materna, misma que podrás portar orgullosa y obsequiar a tu hijo(a) cuando sea mayor. (foto de la mía)
Hola que hermosa tu ritual. Justo voy a hacer un ritual para despedirme con mi hijo de 4 anos y 3 meses de la teta, lo hicimos gradualmente y para comienzos del 2019 lo teniamos acordado. Me encanto tu ritual. como es eso de hacer una joya de leche materna? a que te refieres? me encantaria hacer algo asi. Gracias y muchos saludos desde la isla de margarita en venezuela