Conocemos muy poco de las necesidades y capacidades de los bebés. Por ejemplo: Un bebé recién nacido es capaz de hacer uso de reflejos e instintos maravillosos que la naturaleza diseñó para garantizar el calor, el vínculo y la nutrición. En cuanto nace un bebé deberíamos colocarlo en el abdomen de la madre para que pueda reptar, buscar, encontrar y agarrarse del pecho sin ayuda. Este afianzamiento espontáneo maximiza las probabilidades de una lactancia materna exitosa y evita la mayoría de los problemas que sufren las madres al amamantar.
¿Están embarazados y requieren de una cesárea necesaria y justificada? Preparen todo con mucho amor e información para que sea un recibimiento humanizado y respetuoso. Aquí les comparto tres acciones que pueden marcar la diferencia.
Cuando era pequeña vi un capítulo de Dragon Ball Z que me marcó para siempre; Gokú está peleando con un villano y el cansancio no lo deja más, está a punto de rendirse, entonces le pide ayuda al mundo. Todas las personas levantaron las manos para mandarle toda la energía del planeta. Gokú logró concentrar la energía de cada habitante en una explosión de poder que lo hizo obtener la victoria.
Se nos olvida que fuimos bebés y eso fomenta que subestimemos la importancia que tiene esta etapa del desarrollo humano. Señor lector, señorita que me lee: usted es el bebé que fue.