Nunca es tarde para tomar un baño postparto. Nos lo merecemos.
Junto a mis hermanas de Comunidad SER tuvimos la oportunidad de aprender de la pionera del nacimiento respetado en Acapulco, Ligia Delfín, quien desde hace 30 años acompaña mujeres en sus embarazos, nacimientos, postpartos y crianzas, lo que ha tejido en ella una profunda sabiduría.
Para mi fue un doble honor: recibir sus enseñanzas en cuanto al baño postparto tradicional y poder ser la elegida para recibir el baño, que aunque sucedió en un ambiente de aprendizaje yo me dejé llevar y pude disfrutarlo en todo su esplendor.
Se trata de un ritual para la madre, con beneficios a nivel emocional. Se utilizan hierbas compatibles con la lactancia y representa el cierre de su vida anterior, la aceptación de su nuevo poder, la posibilidad de sanar cualquier experiencia negativa vivida en el nacimiento, la generación de nueva energía para maternar y simplemente el apapacho que el alma y el cuerpo necesitan ante tremenda proeza; crear vida.
Nuestros antepasados prehispánicos realizaban este baño en un temazcal, hoy en día por lo regular, se lleva a cabo en casa de la mamá. Se inicia con un masaje delicioso en todo el cuerpo, después la mamá entra a una pequeña tina llena de té, se cantan mantras, se propicia la total relajación de la madre, se le da el espacio y la contención para hablar de lo ocurrido en el nacimiento. Posteriormente se utiliza un rebozo con el que se va abrazando el cuerpo, de la cabeza hasta los pies y de regreso.
Fruta y otras colaciones sanas se le ofrecen a la madre, así como una continua hidratación. Para finalizar la madre entra en su cama para mantener ese calorcito restaurador que el baño postparto brinda y se acurruca con su bebé para alimentarlo en cuerpo y alma.
Mis palabras no son justas ante tal experiencia, simplemente es algo que tienes que vivir. Porque el postparto es importante, porque es importante cuidar a la madre, nutrirla, consentirla, de otra forma es imposible que pueda ofrecerle lo mismo a su bebé.
Gracias querida Ligia. Cuidaremos de este hermoso ritual y lo compartiremos con las mujeres que han abierto su consciencia a la maternidad.