Como sociedad no tenemos claro en qué consiste respetar a la infancia, aquí unos pocos ejemplos:
• La mayoría de los hospitales continúa con protocolos que no respetan a las madres y sus bebés en sus nacimientos. (Inducciones no necesarias, violencia obstétrica, postergar el contacto recién nacido-madre, etc)
• Muchos padres no comprenden las necesidades de los bebés. Les dejan llorar hasta el cansancio, no atienden sus necesidades de cercanía y contención, se les subestima por la idea errónea de que aún no comprenden, etc.
• Se forza a los bebés a alcanzar hitos del desarrollo para los que todavía no están listos.
• Las ciudades están diseñadas para una minoría, dejando en último lugar los espacios de recreación y naturaleza que tanto necesitan los niños para su desarrollo. Necesitamos más parques y que los lugares públicos cuenten con áreas amigables con los niños.
• El sistema educativo tradicional no respeta la individualidad, ni los intereses y ritmos particulares de cada niño.
• Las leyes laborales no contemplan en sus prioridades la integridad de los niños. Los permisos de maternidad deberían ser más largos.
Si tan solo los políticos y la sociedad comprendieran que los primeros años son los más importantes en la vida, volcaríamos nuestros esfuerzos en salvaguardar estos años. No quiero sonar negativa, pero lo que no se hizo en esta etapa difícilmente se alcanzará en la adolescencia o la vida adulta. En estos años se forma la personalidad, se adquieren habilidades de vida, se forjan valores, se puede prevenir la violencia, y muchas más cosas que el mundo necesita.
Por Karla Zárate.
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