Les cuento que el papá y yo estamos haciendo un reto. Evitar decirle “no” a nuestra hija. Por favor, no piensen que vamos a dejarla hacer lo que quiera.
Cuando abusamos de la palabra “no” va perdiendo su efecto en el niño, por eso hay que ir dosificándola. Queremos que esta palabra conserve su significado reservándola para cosas importantes o cosas urgentes como las situaciones en las que su integridad y la de otros se vea amenazada.
Las alternativas que nos hemos propuesto son las siguientes:
• Anticiparnos
-Si ya saben como son los bebés y los niños para que les dejan lo prohibido a su alcance. En nuestro caso sabemos cuáles son los objetos y circunstancias que llaman la atención de nuestra hija y no son aptas para ella, por lo que será cosa de disciplinarnos y evitarlas.
• Reemplazar el ¡No! por:
-Cuidado
-Está sucio
-Despacio
-¿Te ayudo? (cuando sea posible enséñalo a hacerlo por si mismo)
Etc.
• Dar opciones
-El último recurso será distraerla con otra alternativa a la situación y ya que crezca un poco más explicarle lo que está pasando según sus capacidades.
Este es el primero de varios cambios que queremos hacer el papá y yo a favor de una disciplina positiva en la crianza de nuestra hija. Aunque debo confesarles que escribir consejos y leer libros es muy sencillo, mi verdadero reto está en cambiar mis hábitos y reprogramar mi neurolinguistica.
¿Se unen al reto?